martes, 18 de mayo de 2021

Esbozo: Modalidades a distancia y valores



 



No cabe duda de que la escuela está estrechamente relacionada con adquirir conocimientos, actitudes y habilidades que nos permitan desempeñarnos en la sociedad y que además nos lleven a buscar plenitudes ciudadanas pues no nacemos con esta condición. 


Por ello, la escuela en estos tiempos, busca envolver todo lo que se enseña con el manto de los valores y el espacio escolar contribuye al ejercicio de razonarlos, pues estos son aprendidos/aprehendidos no sólo a partir de las conductas vistas, sino también, a partir del ejercicio de la razón para reconocer dónde se han postrado dado que los valores son parasitarios y requieren apoyarse sobre una relación u objeto para hacerse notorios.   


Hasta aquí no hay ninguna discrepancia, sin embargo, al tener en cuenta que los valores son alojados sobre un otro cabe preguntarse  cuál es el papel de la escuela a distancia en la formación de valores pues las interacciones son totalmente distintas a las que se forjan en la educación presencial. 


Para pensar la respuesta a la pregunta, primero hay que tener en cuenta que el acto de aprender se realiza a partir de las relaciones, aprendemos en cuanto tenemos otro que nos acompaña, otro que se muestra como un texto, es decir, aquello que puede ser leído incluso el cuerpo mismo es un texto, esto ya es sabido de sobra por lo que hay un vasto número de escritos sobre que el aprendizaje ocurre fuera de las aulas, entre pasillos, jardines y espacios escolares. 


Sin embargo, este acto de aprender en la educación a distancia ocurre, en el mejor de los casos, a través de plataformas, aplicaciones y la comunicación en línea por lo que  no hay un rostro que mirar y si es que miro uno, el primer contacto es la pantalla y no el gesto.


Aunado a lo anterior, cabe detenerse en marcar que los terrenos virtuales son un espacio descorporalizado, pues se rebasan los límites del cuerpo, por ejemplo, se puede estar y mirar cualquier parte del mundo. Pero hablar de corporalidad no sólo implica carne y extremidades, sino que está acompañado de las intuiciones, la vivencia y el afronte de las situaciones que se viven día a día en un contexto, y todo esto queda de lado cuando nos recreamos artificialmente en el espacio virtual para ser vistos.


Además de ello, se han generado otras formas de relacionarse y comunicarse, tanto en las formas que ocupamos para estar siendo en estos espacios, como en aquello que se hace, es decir, lo que comunico; como quiero ser visto, el discurso que puedo usar o la forma que puedo adoptar pues detrás de una pantalla no hay rostro ni mirada que enfrentar y cada usuario puede modificarse y configurar las cualidades que con las que desea ser visto.


La escuela entonces, al estar vinculada estrechamente con estas nuevas maneras de relacionarse y comunicarse debe de contribuir necesariamente,  a que los estudiantes sean conscientes de sus modos de actuar, permanezcan atentos ante los cambios y alteraciones que surgen en su interacción con el ciberespacio. Por lo tanto debe tomarse con seriedad el promover espacios para la convivencia, el debate y la argumentación. 


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